CERTAMEN DE RELATOS EN LA RED

Queridos lectores desde el blog de la biblioteca queremos poner en marcha "LOS RELATOS EN LA RED" con esta iniciativa queremos crear un momento de reunión y reflexión para que los padres e hijos puedan colaborar juntos y escriban un pequeño relato. Es un momento para recuperar los relatos que nuestros padres y abuelos nos contaban a nosotros, ahora es tiempo para poder contárselos a nuestros hijos, en una sociedad cada vez más absorbida por la televisión y los video juegos.

Este certamen lo vamos a escribir utilizando los comentarios. Es muy fácil, sólo tenéis que ir al final de la entrada y donde pone comentario escribir vuestro relato, puede ser clásico o inventado. Una vez escrito sólo tenéis que poner el nombre del alumno o alumna y mandarlo. Con todos los relatos intentaremos hacer un libro digital que pondremos en la página de la biblioteca.

Los relatos pueden ser en Castellano o en Inglés

Os dejo un ejemplo de como hacerlo:

Como os decía hay que escribir el relato en el recuadro donde poner "introduce tu comentario", ahí escribimos nuestro cuento, selecciono "comentar como" y pongo anónimo o mi nombre de usuario, luego le doy a publicar, !y ya está!

¡SUERTE!

3 comentarios:

  1. El Rey prudente
    Hubo un tiempo en que, en un lugar remoto de Asia, existió un rey conocido como “el Prudente”. ¿Quieres descubrir por qué?
    El Rey prudente
    Hace mucho tiempo, en un lugar remoto de Asia un joven rey gobernaba a su pueblo con justicia y sobriedad. Este rey se ocupaba del bienestar de sus súbditos, los impuestos que cobraba eran los imprescindibles para cubrir eficazmente las necesidades generales y dedicaba su jornada a atender puntualmente los asuntos de estado.
    En el reino había paz y prosperidad. Y a su lado siempre estaba su fiel y sabio consejero, que ya había servido como tal a su padre.
    Pero un día, el joven rey dijo en una comida a su mayordomo:
    -Estoy cansado de comer con estos palillos de madera, soy el rey, así que da orden al orfebre de palacio de que me fabrique unos palillos de marfil y jade.
    Oída esta orden, el consejero se dirigió inmediatamente al soberano:
    -Majestad, os pido que me relevéis lo antes posible de mi cargo. No puedo serviros por más tiempo.
    El monarca, extrañado, preguntó cuál era el motivo de aquella repentina decisión.
    -Es por los palillos, señor -respondió el consejero-. Ahora habéis pedido unos palillos de jade y marfil, y mañana querréis sustituir los platos de barro por una vajilla de oro. Más adelante desearéis que vuestros vestidos de tela sean reemplazados por otros de seda. Otro día, en vez de conformaros con comer verduras y cerdo, solicitaréis lenguas de alondra y huevos de tortuga. De este modo, llegará el momento en que vuestros caprichos y el mal uso del poder os harán ser injusto con vuestro pueblo. Entonces, yo me rebelaré contra su majestad, y por nada del mundo deseo ver amanecer ese día.
    Dicen que el rey canceló la orden dada al orfebre y siguió comiendo con sus palillos de madera. Desde ese día fue llamado y conocido por todo el reino como «el Prudente».
    Y conservó al viejo consejero a su lado hasta su muerte.

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  2. BUHO "Cuento Saharahui"
    Había una vez un hombre saharaui que, como era costumbre, llevaba su rebaño para venderlo en el zoco junto con otros pastores. Viajaban juntos, pero como el rebaño de este hombre era muy grande, avanzaban despacio. Un día sus compañeros de viaje le dijeron: —Mientras lleves tantos corderos no podremos viajar juntos, no llegaremos nunca. Cogió su camello y su rebaño y se fue. Anduvo y anduvo hasta que llegó a un lugar que no estaba muy lejos de donde había partido. Atardecía ya y apareció un búho gritando y saltando a su alrededor y el hombre le dijo: — ¿Quieres comprarme estos corderos? El búho dio un grito y se calló. — ¿A qué precio los vas a comprar? El búho respondió con otro grito. —De acuerdo, te los vendo por este precio. De nuevo el búho contestó con un grito. —Vendré a verte dentro de un mes. Dio un grito por última vez y el búho se alejó volando. El hombre pasó la noche allí y al día siguiente regresó donde estaban sus amigos, quienes al verlo le preguntaron: — ¿Dónde está tu rebaño? ¿Qué has hecho con él? —Se lo vendí todo a un búho que me encontré —explicó. — ¿Qué? —insistieron sus sorprendidos amigos. —Pues sí, se lo he vendido a un búho, Los amigos no creyeron nada de lo que el hombre les contaba y decidieron ir en busca del rebaño. — ¿Dónde vais? —les preguntó—. No encontraréis nada, ya os he dicho que se lo vendí a un búho. Sus amigos no hicieron caso y fueron a buscar el rebaño. Al llegar donde estaba el búho sólo vieron los huesos y la lana. No quedaba ni un cordero vivo y regresaron. El día en que se cumplía un mes de la venta, montó el hombre en su camello y partió en busca del búho. Lo encontró en el lugar acordado y le preguntó; — ¿Has preparado lo que me debes? El búho gritó y empezó a volar. El hombre salió cabalgando detrás de él. Cada vez que lo alcanzaba, levantaba el vuelo y volvía a esperar que lo alcanzase. De este modo llegaron ante una recóndita cueva y el búho penetró en ella. El hombre descabalgó para seguirle y lo encontró posado encima de una piedra grande y plana. Al acercarse vio por una rendija que debajo había una tinaja llena de monedas de oro. El hombre la cogió y el búho se marchó volando. Empezó a contar las monedas hasta que reunió la cantidad acordada con el búho por el rebaño. Luego, volvió a dejar la tinaja con el resto de las monedas debajo de la piedra y se marchó

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  3. Amigos unidos. Cuento tradicional de la India

    Érase una vez cuatro amigos muy distintos -un ratón, un cuervo, un ciervo, y una tortuga- que vivían en el medio del bosque. Aunque eran muy diferentes, eran muy amigos y todos se ayudaban entre ellos cuando lo necesitaban. Un buen día, el ratón, el cuervo y el ciervo estaban hablando tranquilamente debajo de un árbol cuando de repente escucharon un grito. Era su amigo, la tortuga! Y estaba atrapada en la red de un cazador.

    "Uh oh!" "Uh oh!" -exclamó el ciervo con temor, "¿qué hacemos ahora?" , preguntó con preocupación.

    "No te desesperes", dijo el ratón, "tengo un plan". Y explicó a todos sus amigos su plan para salvar del cazador a su amigo tortuga. A todos los amigos les pareció genial y rápidamente se pusieron en marcha.
    Primero, el ciervo corrió hacia el cazador, que miraba la tortuga atrapada en la red. Muy rápido, sin que se diera cuenta, el ciervo se estiró en medio del bosque, como si estuviera muerto. Entonces, el cuervo, bajó a toda velocidad e hizo ver que picoteaba el ciervo. El cazador se acercó a ver que pasaba, pero el cuervo movía mucho las alas y no le dejaba ver nada.

    El cazador se puso nervioso, y después de un momento consiguó ver lo que había.
    "Que suerte! Aquí hay un ciervo, todo listo para mí", exclamó. Entonces se dirigió al ciervo para recogerlo, llevarlo a su casa y comerlo para cenar. Pero el cuervo no se lo puso fácil y no paraba de batir las alas para hacer más difícil el trabajo del cazador.

    En ese momento, muy sigilosamente, el ratón se acercó a la tortuga, que seguía atrapada en la red y empezó a masticar las cuerdas para salvar a su amigo. Así la tortuga consiguió escapar con su amigo el ratón mientras el cazador estaba distraído mirando el ciervo.
    Cuando el cuervo se dio cuenta de que la tortuga ya era libre se fue volando y el ciervo se levantó y corrió. El cazador se quedó atónito y decidió volver a ver a la tortuga, pero la tortuga se había escapado!

    "Si yo no hubiera sido tan codicioso", pensó.

    Entonces los cuatro amigos se reunieron de nuevo bajo el árbol, y no pudieron parar de reír recordando cómo engañaron al cazador entre todos, gracias al poder y la bondad de la amistad.

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